Me hubiera gustado reproducirme contigo. Confeccionar todo lo venidero. Llevarnos al punto de ebullición, intensificándonos en lugar pequeños. Me hubiera gustado ser contigo lo único que puedo ser contigo: un hombre bueno con toda su historia contada. A veces me parece que he visto la cinta roja. Nos bastaba con coger las tijeras, cortarla, recibir los vítores y los aplausos, e inaugurar nuestro futuro. Pero ambos sabemos que nunca podremos mirarnos ferozmente, ni darnos un atracón de nuestro amor, ni dejar de manipular explosivos enlatados en este fastidioso sigilo. Sin gafas soy un hombre todavía más cansado que se pregunta todo el rato cuánto silencio, cuántas miradas tristes. Cuánto lenguaje no verbal nos hace falta aún para documentar una historia que nunca va a escribirse.