1 Comensales invisibles Ni mi madre ni yo hemos aprendido nunca a cocinar solo para dos. Hace años que cocinamos solo para nosotros, y aun así siempre nos termina sobrando demasiada comida. ¿Por qué? ¿Por qué vamos echando manojos de espaguetis o puñados de arroz y siempre tenemos la sensación de que es muy poco y hay que añadir más? ¿Será por eso que llaman memoria muscular ? ¿Acaso echamos al agua hirviente manojos de espaguetis y puñados de arroz como si aún vivieran mi abuelo y mi abuela? A veces, después de comer, me fijo en las ollas aún medio llenas y pienso ahí está otra vez, Iván, la comida que sobrará, la comida que habrá que tirar a la basura porque al parecer, no has podido resistirte a cocinar otra vez para tus comensales invisibles. 2 El pueblo metido en la casa Siempre he pensado que la casa de mis abuelos intentaba ser un pueblo metido dentro de una casa. Tenían uno de esos relojes de péndulo que a cada hora dab