Anda que no tengo yo oscuridades. La peor es el miedo a haber dejado de brillar durante el resto de mi vida. Anda que no tengo yo oscuridades. La peor es la certeza de saber que no corregiré tanta muerte con ningún nacimiento. No traeré ninguna flor nueva a esta tierra calcinada. Anda que no tengo yo oscuridades. La peor es vivir con los circuitos apagados. No querer que nadie nunca más me prenda fuego. Ya no tengo ganas de decirle de nuevo a ninguna mujer que quiero coger un tren hasta su coño, que quiero que llegue la noche para bañarla, para pasarle una esponja por el cuerpo con la misma devoción con la que mi abuelo le pasaba un trapo húmedo a su amado Seat Ritmo. Anda que no tengo yo oscuridades. La peor es que aunque no sé de qué se trata hay algo de lo que ya no quiero más. Todo lo que no sea escribir y mesarme la barba mientras converso con mis fantasmas será ganarme la vida mientras la pierdo. Se termina la juventud. Se acaba la garantía de fuego. Anda que no tengo yo oscurida