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Mostrando entradas de diciembre, 2018

Admonición

No soy viejo, pero ya empiezo a tener cierta edad. La suficiente, al menos, como para que mi corazón no esté a merced de los vientos.  Y sin embargo, lo que quiero es que me anuncies el final del peligro. Necesito que allanemos todas las moradas; que follemos de tal modo que moneticemos nuestra juventud en sus últimos rescoldos. O simplemente volvámonos naranjas junto al fuego o azules frente al hechizo del televisor.  Tengamos una casa frente al mar y que las olas sean perros que vienen a lamernos los pies.  Seamos grandes, multitudinarios. Vayamos a las zonas más concurridas de la ciudad y allí dame besos que alteren el orden público.  Alfabeticémonos juntos en las cosas difíciles de la vida. Susurremos chistes al oído del otro sobre el cáncer, o sobre el hambre o sobre las guerras que no nos afectaron: Solo quiero decirte que nos convirtamos en el único lugar en donde el otro sea incívicamente libre.  Espero que todos los días d