Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2022

Futurismo

A mis 37 años puedo decir de mí que soy un hombre incólume. No formo parte de ese segmento de la población al que a la mínima que le falla algo se llena de terrores bíblicos. Me atribuyo el mérito de haber sabido pavimentar toda mi nostalgia para hacerla, digamos, más practicable. Vivo en un pueblo con aviones en el que el cielo es un cosmético salvaje de naves que vuelan en direcciones opuestas para dibujar bigotes de ratón. A veces muero a pesar de ser incólume. Muero pero mis muertes son solo excursiones al averno para hacerle una caricia a mi abuelo. Después regreso a esta vida de los vivos y pienso en que lo único que de verdad quiero es irme a vivir lejos con Andrea, para finalmente reencarnarnos en dos gatos tranquilos. O quizá, pronto, después de una guerra, o después de alguna explosión, nuestra juventud vuele por los aire y nos convirtamos en dos viejos sabios que les dan medio diazepam a los perros para que no se asusten con los petardos o con los ruidos del fin del mundo.