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Tristán e Isolda

A mí no me encantó ir a la Universidad. Lo que me gustó fue tener 18 años y conocer a Santi y a Ernesto. El resto fue una mediocridad; montones de normalidad a un precio muy elevado. Sin embargo, recuerdo una clase en particular que me pareció deslumbrante. Nora Catelli nos hizo leer para Literatura Universal Tristán e Isolda. Mark, rey de Cornualles, no encuentra esposa, así que le pide a su amigo Tristán que atraviese el mar para ayudarle a encontrar una consorte. Tristán va a parar a Irlanda y allí se encuentra, de rebote, con que el gigante Morholt está exigiendo un tributo anual de niños para comérselos vivos. Morholt es derrotado por Tristán, y los reyes de Irlanda, como premio, le entregan a su hija Isolda para que se despose con Mark. La criada de Isolda, temerosa de que a su ama le aguarde un infeliz futuro junto a un hombre que no es de su gusto, le prepara un filtro mágico para que los esposos se enamoren el uno del otro al tomarlo. En el barco que ha de llevarlos de Irlanda

Por fin mi casa está encantada

La primera noche esperaba oír algún ruido. Si quiera, algún portazo de aprobación o de protesta en el armario en el que había guardado las cenizas de mi padre. Mi padre no se había portado especialmente bien hacia el final de su vida así que pensé que, al menos, en algún momento la Biblia se movería o algún crucifijo empezaría a girar en la pared. Pero nada. No sentí ningún escalofrío. No se rompió ningún vaso. No escuché ningún susurro durante la madrugada. La vida ha ido continuando y esta casa se ha resistido a dejar entrar al fantasma que le corresponde. Sin embargo, todo cambió la otra noche. LLegué del trabajo y me senté en la cama para descalzarme las bambas. Nada más sentarme lo noté: no se me hundía el culo; el colchón había rejuvenecido, volviéndose duro como el día en que llegó a esta casa. Me levanté de un brinco y empecé con las carcajadas. ¡Cabrón! Así fue como supe que el fantasma de mi padre había estado conmigo todo este tiempo. Simplemente, ha pasado lo mismo que pasa