1 -Kevin se ha ido a buscar sus flores. Un pesado silencio lo cubrió todo. No solo era un silencio procedente del otro lado del teléfono, era un silencio que también afectaba al aquí de Calvin. A Calvin el corazón se le puso como de parto; le pareció que el silencio que reinaba era como de persona que se te acerca sigilosamente por la espalda y levanta el brazo para descargarte un terrible golpe en la cabeza. Sin embargo, tras unos instantes, la tensión se rompió con una respuesta breve y resignada, como si la mujer de 60 años que había al otro lado de la línea hubiera dejado de ser la madre de Kevin y se hubiera convertido en un inspector de policía que ya ha presenciado todo el mal del mundo. -Comprendo. Calvin tragó saliva y colgó el teléfono. Le parecía inverosímil que todo hubiera salido según lo que había previsto Kevin. Durante una hora, Calvin se convirtió en un perro, en un perro sin nombre que acechaba todas las ventanas de su casa levantando las or