Es imposible conseguir
lo que se conseguía en otras épocas.
Despuntar. Ser un maestro.
Asesinar al anonimato
dejando en el suelo
un gran charco de sangre.
El arte ya no tiene cánones.
Funcionan tantas direcciones al mismo tiempo...
Y eso es bueno para el arte,
pero malo
para los artistas.
Y mientras tanto
para nostros sigue existiendo
un día a día
que se basa en esa soledad
de quienes no pueden evitar reparar
en esa solitaria hormiga
que se pasea por el borde de la bañera.
Si ya no basta con resplandecer un poco
para iluminar la noche,
¿qué es lo que nos espera?
El pasado y el futuro
son como niños de hospital
enchufados a una máquina:
cosas inocentes
que existen a duras penas.
El presente es este viento
que lo quiere ser todo
mientras va arrancando tejas
a los tejados.
¿Y qué hay que hacer? ¿Claudicar?
¿Convertirnos en uniformes
que giren en espiral
en la lavadora?
¿O acaso
morir sin saber
quiénes hubiésemos podido
llegar a ser?
lo que se conseguía en otras épocas.
Despuntar. Ser un maestro.
Asesinar al anonimato
dejando en el suelo
un gran charco de sangre.
El arte ya no tiene cánones.
Funcionan tantas direcciones al mismo tiempo...
Y eso es bueno para el arte,
pero malo
para los artistas.
Y mientras tanto
para nostros sigue existiendo
un día a día
que se basa en esa soledad
de quienes no pueden evitar reparar
en esa solitaria hormiga
que se pasea por el borde de la bañera.
Si ya no basta con resplandecer un poco
para iluminar la noche,
¿qué es lo que nos espera?
El pasado y el futuro
son como niños de hospital
enchufados a una máquina:
cosas inocentes
que existen a duras penas.
El presente es este viento
que lo quiere ser todo
mientras va arrancando tejas
a los tejados.
¿Y qué hay que hacer? ¿Claudicar?
¿Convertirnos en uniformes
que giren en espiral
en la lavadora?
¿O acaso
morir sin saber
quiénes hubiésemos podido
llegar a ser?