Hace meses
que presiento la muerte
de mi padre.
La siento muy cerca
desde que hace un tiempo
él volviera a contarme
que con los dientes nuevos
no sabe reírse.
Hace días
que su novia
no deja de enviarme
fotos de mi padre delgado
o tirado en el suelo,
como si el viento lo hubiera derribado
en medio del salón
y él no tuviera nada
que objetar al respecto.
La voz de mi padre al teléfono
se me hace
paulatinamente más oscura.
Quizá sea también
que los dos
nos hablamos cada vez
con menos brillo,
como si la única parte de nuestras vidas
que lograra tocarse
fuera justamente
la que menos brilla.
Hace frío.
Andrea ha dejado de comer carne
y yo no soy capaz
ni de contarle eso a mi padre.
que presiento la muerte
de mi padre.
La siento muy cerca
desde que hace un tiempo
él volviera a contarme
que con los dientes nuevos
no sabe reírse.
Hace días
que su novia
no deja de enviarme
fotos de mi padre delgado
o tirado en el suelo,
como si el viento lo hubiera derribado
en medio del salón
y él no tuviera nada
que objetar al respecto.
La voz de mi padre al teléfono
se me hace
paulatinamente más oscura.
Quizá sea también
que los dos
nos hablamos cada vez
con menos brillo,
como si la única parte de nuestras vidas
que lograra tocarse
fuera justamente
la que menos brilla.
Hace frío.
Andrea ha dejado de comer carne
y yo no soy capaz
ni de contarle eso a mi padre.