Me sigo hallando
en un punto intermedio
entre el esparto y los olivos de Extremadura
y las películas sangrientas y líricas
de Takeshi Kitano.
La diferencia es que estoy dejando
de ser asombroso.
La juventud es un pelaje que voy perdiendo
para convertirme solo
en un hombre hecho
y deshecho en el Prat de Llobregat.
Mis sueños con Andrea
han resultado ser
cuadros robados de un museo.
Triste, y alegre
tras haber filmado un buen final,
voy perimetrando mi duelo
mientras me pregunto si esta casa
volverá a llenarse con nuestras carcajadas
mientras jugamos al Mario Kart.
Triste, y alegre,
pero con el corazón parcialmente nublado,
sé que ha sido bueno
que Andrea poblara esta casa.
Este ático mío
con sus cinco rellanos
y sus 96 peldaños cortos,
que de niño yo jugaba
a subirlos a cuatro patas
como si fuera un mono.
en un punto intermedio
entre el esparto y los olivos de Extremadura
y las películas sangrientas y líricas
de Takeshi Kitano.
La diferencia es que estoy dejando
de ser asombroso.
La juventud es un pelaje que voy perdiendo
para convertirme solo
en un hombre hecho
y deshecho en el Prat de Llobregat.
Mis sueños con Andrea
han resultado ser
cuadros robados de un museo.
Triste, y alegre
tras haber filmado un buen final,
voy perimetrando mi duelo
mientras me pregunto si esta casa
volverá a llenarse con nuestras carcajadas
mientras jugamos al Mario Kart.
Triste, y alegre,
pero con el corazón parcialmente nublado,
sé que ha sido bueno
que Andrea poblara esta casa.
Este ático mío
con sus cinco rellanos
y sus 96 peldaños cortos,
que de niño yo jugaba
a subirlos a cuatro patas
como si fuera un mono.