Cuando salgamos a la calle
estaremos más pálidos que nunca.
Tendremos que hacernos visera con la mano,
o mejor,
usar gafas de sol
como si fuésemos vampiros recién curados.
Las primeras visitas
serán las fundamentales.
Como una carta de amor escrita
con la tinta invisible
de las cosas importantes:
yo primero iré a ver a Andrea,
luego a mi padre,
y luego pienso irme con Ernesto
a ponerme morado a cervezas.
Después ya me enfrentaré al mundo
con los puños cerrados
y chutando piedras
como siempre.
Ya no hay distopías.
Ahora ya es seguro
que el mundo
se va a convertir
en la película de terror
que lleva tanto tiempo
dándonos miedo.
Pero no pasa nada.
Porque aunque pase todo,
todo se va a convertir
en algo
tan espantoso y real
como un perro
comiéndose una paloma muerta
en la acera.
estaremos más pálidos que nunca.
Tendremos que hacernos visera con la mano,
o mejor,
usar gafas de sol
como si fuésemos vampiros recién curados.
Las primeras visitas
serán las fundamentales.
Como una carta de amor escrita
con la tinta invisible
de las cosas importantes:
yo primero iré a ver a Andrea,
luego a mi padre,
y luego pienso irme con Ernesto
a ponerme morado a cervezas.
Después ya me enfrentaré al mundo
con los puños cerrados
y chutando piedras
como siempre.
Ya no hay distopías.
Ahora ya es seguro
que el mundo
se va a convertir
en la película de terror
que lleva tanto tiempo
dándonos miedo.
Pero no pasa nada.
Porque aunque pase todo,
todo se va a convertir
en algo
tan espantoso y real
como un perro
comiéndose una paloma muerta
en la acera.