Hoy te he dicho
que eres muy guapa
y tú me has respondido que no,
que no lo eres
y que si fueras un gato
serías un gato común y corriente.
Me da igual.
Mañana volveré a decirte lo guapa
que eres
y tú puedes seguir insistiendo
en que solo eres
un gato común y corriente.
Me propongo esperar
todos los incendios de este mundo
con una cerveza en la mano
y me gustaría mucho
que tú estuvieras a mi lado,
porque estoy cansado
de este trampolín sangriento y soltario
desde el que hago saltar
todos los poemas.
Últimamente, a veces, me sorprendo
recomendándome esta luz, aconsejándome este calor
en el que podría ver cómo arden
todos los archivos del terror
y todos los viejos escenarios tiroteados.
Quiero que evitemos juntos las corrientes de aire.
Quiero que crucemos en verde y
que escapemos de las enfermedades.
Corramos más.
Convirtamos la vida
en este masaje de acontecimientos.
Extraviemos las peores páginas
de nuestras vidas
en la nieve.
Me gustan mucho tus piernas,
tus tetas, tu cara...
Eres muy guapa,
por mucho que lo niegues
e insistas
en que si fueras un gato
serías un gato común y corriente.