Cuando yo era un poeta joven,
aspiraba a ser moderno. Quería ser salvaje, voltaico,
ser complejo y al mismo tiempo,
ser capaz
de regresar al pueblo de las palabas,
para hablar de huertas y de ríos. Para hablar
de lo que es el amor, de lo que es enamorarse
y sentirse
como un recién llegado al cielo.
Pero me voy haciendo un poeta viejo.
Cada vez tengo que hablar más alto
para que se me oiga por encima
del ruido de las máquinas.
Hoy una vecina
se ha metido en el ascensor sin llevar puesta la mascarilla.
La he mirado recomendándole la muerte.
He deseado que los dos
estuviéramos frente a frente
con la cara ensangrentada, sin leyes.
Hoy he querido cansarme asesinando.
A veces la poesía es un perro
que se come los deberes del corazón,
y otras veces
la poesía es este lugar en donde descanso
de tanta muerte que no puedo dar.
aspiraba a ser moderno. Quería ser salvaje, voltaico,
ser complejo y al mismo tiempo,
ser capaz
de regresar al pueblo de las palabas,
para hablar de huertas y de ríos. Para hablar
de lo que es el amor, de lo que es enamorarse
y sentirse
como un recién llegado al cielo.
Pero me voy haciendo un poeta viejo.
Cada vez tengo que hablar más alto
para que se me oiga por encima
del ruido de las máquinas.
Hoy una vecina
se ha metido en el ascensor sin llevar puesta la mascarilla.
La he mirado recomendándole la muerte.
He deseado que los dos
estuviéramos frente a frente
con la cara ensangrentada, sin leyes.
Hoy he querido cansarme asesinando.
A veces la poesía es un perro
que se come los deberes del corazón,
y otras veces
la poesía es este lugar en donde descanso
de tanta muerte que no puedo dar.