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Entonces

Entonces
seamos enemigos.
Versionemos nuestra intimidad
en cualquier taberna.
Hartemos a nuestros amigos
hablando mal
el uno del otro,
hasta que los años consigan
civilizarnos el dolor.

Entonces significa
de acuerdo, después de todo.
Entonces:
la vida me ha ido desprogramando
para amar o confiar
en los recién llegados.

Cómo me ha cambiado que cambies, qué cansado,
qué aniquilado,
cuánta extenuación conlleva
la milimetría de los sentimientos.

Grandes y blancas, las nubes hoy
se mueve como veloces ambulancias.
Los días pasan. Las casas crujen por la noche
y los cambios no se notan
hasta que alguien te los señala.

Abro la puerta
y la buena suerte ya no entra
como un perro sonriendo.

Ya no estoy de humor para la buena suerte.
Camino por la calle
y las paradas de autobús
van aullando capitalismo en los días señalados.

Quiero pegarte.
Mirarte con odio.
Cuidarte. Odiarte
como yo solo
tengo derecho a hacerlo.

Entonces,
después de tanto tiempo,
estoy de acuerdo
con que seamos enemigos
y con que nos echemos tanto de menos
como solo pueden echarse de menos
dos personas
que jamás quisieron
ser enemigos.

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