El hijo de la Montse
es igualito que la Montse.
La gente que apenas nos conoce
siempre dice eso.
Y a primera vista,
es verdad.
Mi madre y yo
no solo tenemos la misma cara,
sino que también
tenemos la misma voz pastosa
y la misma letra
encorvada y monstruosa.
Y sin embargo, de mi padre
tengo todo lo demás.
Los andares,
la bebida,
la violencia siempre contenida,
pero siempre
a punto de pasarse de la raya.
Los ademanes tan toscos,
que la gente duda
entre si debe dejarme o no
jugar con los niños.
Y lo peor de todo
es que ambos tenemos
es igualito que la Montse.
La gente que apenas nos conoce
siempre dice eso.
Y a primera vista,
es verdad.
Mi madre y yo
no solo tenemos la misma cara,
sino que también
tenemos la misma voz pastosa
y la misma letra
encorvada y monstruosa.
Y sin embargo, de mi padre
tengo todo lo demás.
Los andares,
la bebida,
la violencia siempre contenida,
pero siempre
a punto de pasarse de la raya.
Los ademanes tan toscos,
que la gente duda
entre si debe dejarme o no
jugar con los niños.
Y lo peor de todo
es que ambos tenemos
el mismo mechero
con el que le prendemos fuego
a todo enseguida.
con el que le prendemos fuego
a todo enseguida.