Las cosas siempre vienen dadas
por fortuitos volantazos del destino.
Michael Corleone se pasó a la Mafia
porque su padre decidió repentinamente
detenerse a comprar unas hermosas naranjas.
Khaleesi empezó Juego de tronos
liberando esclavos
y terminó a lomos de un dragón
quemando a un montón
de inocentes.
Mi abuelo iba a comprarse un coche rojo
pero al final
sus hijas lo convencieron
de que ya estaba demasiado mayor
para gastarse dinero en un coche nuevo,
cuando lo que tenía que hacer
era empezar a pensar
en vender el viejo
y dejar ya de conducir.
Se acababa de jubilar,
vino a casa ilusionado,
agitando en la mano
un folleto de la SEAT.
Es colorado,
me dijo mi abuelo sonriendo,
el color favorito de tu abuela.
Pero sus hijas hablaron con él.
Lo atosigaron. Lo atropellaron.
Te pasa algo y luego qué.
Que los reflejos ya no son los mismos.
Nosotras nos preocupamos por ti.
Durante veinte años
me olvidé de que mi abuelo
estuvo a punto de conducir
un coche rojo
hasta que falleció mi abuela
y en el tanatorio
nos preguntaron que de qué color
queríamos que fueran
las flores que decorarían su ataúd.
Fue entonces
cuando mi abuelo se llevó su pañuelo de tela a la boca
como si estuviera
a punto de vomitar toda su pena
y balbuceó
que las flores tenían que ser rojas,
porque ese era el color favorito
de mi abuela.
por fortuitos volantazos del destino.
Michael Corleone se pasó a la Mafia
porque su padre decidió repentinamente
detenerse a comprar unas hermosas naranjas.
Khaleesi empezó Juego de tronos
liberando esclavos
y terminó a lomos de un dragón
quemando a un montón
de inocentes.
Mi abuelo iba a comprarse un coche rojo
pero al final
sus hijas lo convencieron
de que ya estaba demasiado mayor
para gastarse dinero en un coche nuevo,
cuando lo que tenía que hacer
era empezar a pensar
en vender el viejo
y dejar ya de conducir.
Se acababa de jubilar,
vino a casa ilusionado,
agitando en la mano
un folleto de la SEAT.
Es colorado,
me dijo mi abuelo sonriendo,
el color favorito de tu abuela.
Pero sus hijas hablaron con él.
Lo atosigaron. Lo atropellaron.
Te pasa algo y luego qué.
Que los reflejos ya no son los mismos.
Nosotras nos preocupamos por ti.
Durante veinte años
me olvidé de que mi abuelo
estuvo a punto de conducir
un coche rojo
hasta que falleció mi abuela
y en el tanatorio
nos preguntaron que de qué color
queríamos que fueran
las flores que decorarían su ataúd.
Fue entonces
cuando mi abuelo se llevó su pañuelo de tela a la boca
como si estuviera
a punto de vomitar toda su pena
y balbuceó
que las flores tenían que ser rojas,
porque ese era el color favorito
de mi abuela.