Mi padre se tapa la boca con las manos
como si fuera un hombre con los dientes amarillos
al que le avergonzara sonreír.
Pero no es así
porque él no tiene los dientes amarillos
y ya hace años
que no le veo sonreír.
Dice
que la gente de su edad
no está exactamente triste,
sino quemada.
La única infancia que tuvieron
fue jugar
a creer que el trabajo era un juego.
Subirse a un camión
y repartir garrafas de aceite y de vino
no es ser un niño
aunque luego te gastaras
el dinero en cromos.
Hace poco
estuve revisando viejas fotos
en las que aparecía él.
Entonces sí que sonreía
y lo hacía
sin pleitesía y sin concesiones
al sistema.
Solo le faltaba alzar los brazos
y levantar una copa.
De joven
mi padre era como el Messi
de las vidas normales y corrientes.
Me gustaría hacerle reír.
Preguntarle por qué tiene los ojos viscosos
y la barba mal afeitada
como si ya nada le importara.
Ojalá pudiera espantar
esa tristeza suya
de termitas carcomiendo madera.
como si fuera un hombre con los dientes amarillos
al que le avergonzara sonreír.
Pero no es así
porque él no tiene los dientes amarillos
y ya hace años
que no le veo sonreír.
Dice
que la gente de su edad
no está exactamente triste,
sino quemada.
La única infancia que tuvieron
fue jugar
a creer que el trabajo era un juego.
Subirse a un camión
y repartir garrafas de aceite y de vino
no es ser un niño
aunque luego te gastaras
el dinero en cromos.
Hace poco
estuve revisando viejas fotos
en las que aparecía él.
Entonces sí que sonreía
y lo hacía
sin pleitesía y sin concesiones
al sistema.
Solo le faltaba alzar los brazos
y levantar una copa.
De joven
mi padre era como el Messi
de las vidas normales y corrientes.
Me gustaría hacerle reír.
Preguntarle por qué tiene los ojos viscosos
y la barba mal afeitada
como si ya nada le importara.
Ojalá pudiera espantar
esa tristeza suya
de termitas carcomiendo madera.